5 datos sobre EYACULACIÓN FEMENINA

 

El cuerpo, ese territorio que habitamos sin reconocerle. Sabemos que tenemos unos órganos que sirven para cosas pero, ¿Sabías que las mujeres tenemos próstata? Casi nadie sabe y es que nuestra próstata no tiene lugar en ese mapa, ha sido borrada de él por miles de años. El cuerpo de la mujer cis, está completamente manipulado para uso exclusivo para la reproductividad, dejando el placer como algo secundario y castigado.

 

El llamado punto G, no es un punto,  es la próstata femenina.

Si, próstata, donde al estimularla provoca una eyaculación, una corrida, una venida. Beberly Whipple una de las autoras del best seller “El punto G” en 1993 acabó por denominarlo próstata.

Todas las personas tenemos una, a menos que se la hayan extirpado, y esta tiene la capacidad de generar un líquido determinado.

¿Cómo es la próstata? El tamaño de nuestra próstata oscila entre los dos y los cinco centímetros en reposo. Cuando está llena puede llegar a triplicar su tamaño. Su tejido es esponjoso y en realidad está compuesta por múltiples glándulas juntas.

Nuestra vulva parece un colador. Tenemos la evidente vagina, el orificio por el que meamos, los dos orificios por los que eyaculamos y dos más por los que lubricamos el líquido producido por las glándulas de Bartolino. Se trata de las glándulas que segregan el líquido lubricante cuando estamos calientes, las que hacen «que nos mojemos» al estar excitadas.

La próstata se enraíza en la uretra y los orificios por los que eyaculamos están muy próximos al orificio por el que meamos. Se ubica en torno a la uretra (que es el conducto que conecta la vejiga con el exterior) y que está enraizada en ella.

¿Cómo funciona la próstata? En cuanto a su respuesta, hay que decir que reacciona cuando estamos cachondas o cuando se produce una estimulación directa.

El clítoris es el conjunto de nervios que está en nuestro cuerpo y su única función es otorgarnos placer, tiene unas 8.000 terminaciones nerviosas (conectadas con otras 15.000 en la región pélvica) que nos atraviesan la entrepierna, literalmente, de lado a lado. Podríamos decir que su estructura es como un iceberg del que solo vemos una mínima parte, su glande. El resto de clítoris entierra sus raíces en lo más profundo de nuestras vulvas, llegando incluso hasta el ano.

Un orgasmo no es mejor ni peor con o sin estimulación vaginal, y además eso es algo que depende básicamente de la estructura clitoriana de cada persona. Es decir, la estimulación de nuestra próstata puede ser más o menos placentera pero de ningún modo es capaz por sí sola de llevarnos a un orgasmo sideral (ni de ningún tipo).

Los datos del Punto G que más confusión aportan a la realidad de la sexualidad es la identificación de la expulsión de fluido con la generación de placer. Es decir, identificar la eyaculación con un orgasmo superior. Que se jerarquice un orgasmo con eyaculación frente a otro sin ella, es sencillamente absurdo y contribuye a la idea de que, sin penetración, el placer que el cuerpo de una mujer puede obtener será siempre incompleto.

2. Eyaculación y orgasmo no son lo mismo

Algunas mujeres eyaculan antes y durante el orgasmo y esto es producido por su próstata. El líquido que expulsan nuestras próstatas: no contiene espermatozoides... Bien, el que segrega la de los hombres tampoco contiene espermatozoides, estos no son generados en la próstata sino en los testículos y el líquido eyaculado simplemente los transporta, no los crea.

En algunos textos, parece que eyaculación y orgasmo son algo inseparable lo cual es un error (en ambos géneros). El clítoris es un órgano y la próstata otro, y por mucha relación que puedan tener sus dinámicas, no producen lo mismo ni necesariamente al mismo tiempo.

La teoría del Punto G, que en la base afirmaba que el orgasmo vaginal era posible y que todas las mujeres podían alcanzarlo porque «científicamente» estaba probado que una cierta área de la vagina podía propiciarlo. ES FALSO

Fortaleció la idea de que el género femenino a nivel sexual se divide en dos: las vaginales y las clitorianas. Pero resulta que el único órgano capaz de generar un orgasmo en el cuerpo de una mujer es el clítoris.

 

3. ¿Para qué sirve la eyaculación de la próstata femenina?

 

Para transportar y conservar el esperma, conseguir que una mujer pueda generar un varón gracias a que tiene el material genético para transmitírselo; propulsor del parto al agrandar su tamaño la próstata funge como almohadilla para facilitar la salida; generador de serotonina, nos hace estar de buen humor.

 

¿Por qué no eyaculo? Es posible que quienes no perciben ningún tipo de eyección de líquido en el orgasmo, sea a causa de que el producto de la “«próstata femenina» sea muy escaso o porque el líquido se dirija retrógradamente hacia la vejiga (hacia adentro), tal como ocurre en la eyaculación retrógrada de algunos varones.

4. La eyaculación no es pis, no es pis, ¡no es pis!

Ciertamente es imposible para cualquier cuerpo orinar y eyacular a la vez. La válvula que abre y cierra la conexión entre vejiga y uretra se cierra cuando estamos calientes y más aún cuando contraemos la musculatura pubocoxígea (Es la musculatura responsable, entre otras cosas, del control del flujo de orina y de las contracciones orgásmicas)

 

El líquido que genera y expulsa la próstata no tiene absolutamente nada que ver con la orina. De hecho, de todos los elementos que lo componen (principalmente agua), la urea tiene una presencia escasa, entre el 1% y el 2%. El hecho de que nuestra próstata esté enraizada en la uretra no ayuda nada en esto porque la sensación de eyacular y de orinar puede ser bastante similar en  el momento previo a la eyaculación.

El líquido eyaculado también es algo que hace de la próstata un órgano sin género: su composición química es prácticamente idéntica en ambos sexos. Su color es blanquecino y su olor es muy sutil, aunque esto depende bastante de lo que comemos y también del momento del ciclo en que estamos.

 

5. ¿Cómo cuidar mi próstata?

La próstata de los «hombres» y de las «mujeres»,  tienen más de parecido que de diferente, para lo bueno y para lo malo. El problema es que, en nuestro caso, lo malo se convierte en peor debido al silencio y la ignorancia por parte de la medicina en general. Es decir, si apenas se sabe de sus virtudes, a la hora de investigar sobre sus defectos el vacío es aún más grande.

Porque sí, el cáncer de próstata existe también para nosotras, al igual que la prostatitis y la hiperplasia prostática. Desde los poquitos textos que hablan del tema de cáncer de próstata en mujeres se cuenta que las estadísticas lo sitúan como un cáncer muy poco probable. Cuántas mujeres que llegan con cánceres de útero y de vagina insalvables hubieran tenido una oportunidad gracias a la detección a tiempo de un cáncer de próstata que, sin esa previsión, acabó por extenderse.

Es cierto que es más pequeña que la masculina. Esto lleva fácilmente a pensar que a mayor nivel de testosterona más grande será. Hay enfermedades de transmisión sexual que afectan gravemente a la próstata: la clamidia, la gonorrea y las tricomonas pueden causar prostatitis aguda.

Les recuerdo que si tienen alguna duda, contáctenos y con mucho gusto se las resolvemos. Este texto está basado en el libro Pucha Potens un manual sobre su poder, su próstata y sus fluidos de la maravillosa Diana J. Torres, les recomiendo que lo lean, esta gratuito liberado por la autora en este enlace: https://we.riseup.net/assets/285284/CONO-POTENS-VERSION-DIGITAL-Desconocido.pdf

Desde el amor, Alexa