Lenguaje y la relación con mi cuerpo

¿Les pasa que sienten que no “encajan” en el modelo tradicional de la ”belleza? o ¿que no pueden evitar compararse y rechazar partes de su cuerpo? A mí me pasa.

Me he puesto a reflexionar ¿qué lo provoca?, ¿qué alimenta mis miedos y hace que sienta vergüenza por lo que soy?

Descubrí que existen dos modelos que dictan el cómo nos relacionamos con nuestros cuerpos y nuestra sexualidad: el masculino y el femenino;  no hablo de hombres y mujeres, hablo de posturas y tendencias hacia lo que el mundo considera masculino (fuerte) y femenino (débil) y de la doble moral victoriana que nos acosa siglos y siglos después.

El femenino, el modelo romántico: dócil, tierno, inocente, tan lleno de culpas, y represiones, como de fantasías e ideales inalcanzables. La relación con la vulva generalmente es de rechazo y de vergüenza. Suele hacer referencia a lo delicado: flor, tesoro, mariposa o a lo sucio y pecador: mejillón, almeja, concha. Atrapada en el eterno binomio entre el ser una buena mujer, reprimiendo el placer, o una mala mujer, ejerciendo control sobre él, llenando de culpas el imaginario.

El masculino, el modelo pornográfico: exagerado, agresivo, dominante, excitante, peligroso, limitado. Su relación con su anatomía es de complicidad, se relaciona con calificativos poderosos refiriéndose al pene como garrote, verga, pistola, riata. Cuando se aleja de lo violento, se le hace referencia a lo femenino y a diminutivos ofensivos.

La cultura del modelo porno nos nubla la mente: bisturís, botox, lipos, blanqueamiento, depilación, simetría, tamaño y grosor, pues al parecer, aún no podemos diferenciar entre la ficción y la realidad. Los cuerpos diversos existimos y estamos presentes.

Necesitamos quitarnos el velo y trabajar en la auto-aceptación. Dejemos de compararnos, de reforzar los estereotipos inalcanzables, que hacen creer que la diversidad no es erótica ni merecedora de placer.

Ya sabemos por dónde nace este rechazo, así que podemos comenzar a aceptar que lo diverso es lo natural y que detrás de lo que vemos en revistas, pantallas e internet, hay producciones con maquillajes, luces, filtros y mucho photoshop.

Al trabajar en nuestro auto-concepto desde la aceptación, evitamos rechazar y juzgar constantemente nuestro cuerpo y/o nuestros genitales. El amarnos nos hará sentirnos en armonía con nuestro cuerpo y nuestra erótica alcanzará su potencial en plenitud.

Te dejamos algunas maneras de llamar a tu pene y tu vulva, si se te ocurren más, escríbenos…

Desde el amor, Alexa

 

Vulva

Pene

Vagina

Pepa

Pucha

Chocho

Coño

Pussy

Vulva

Panocha

Concha

El túnel de la felicidad

La chimuela

Ejotito

Higo

Qusadilla

Papaya

La jamona

Cucurucho

La barbona

La bigotona

La tarántula

La coneja

Mono

La selva negra

Mondongo

Felpudo

Bollo

 

Verga

Pija

Pistola

Miembro

Nepe

Polla

Falo

Riata

Garrote

Macana

Manguera 

Cíclope llorón

El músculo de la felicidad

Dedo sin uña

El sinhueso

Trompa de elefante

Pipilín

Pajarito

Gusano

Pirulí 

Chorizo

Longaniza

Banana

Salchicha

Chosto

Ñonga